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Entrevista a Luis Mochón

Pregunta.- ¿Me podría definir lo que es el Aikido?

Respuesta.- Es una forma de armonizar y de integrar los conflictos. Si hay un conflicto, en vez de chocar entre los dos podemos conseguir unirnos y de ahí, sacar algo creativo. Es decir, lo interesante cuando a mi me atacan no es que yo pueda evitar que me hagan daño, sino que también evite hacerle daño al otro y que yo controle el miedo en mi.

P.- ¿En qué consiste esta técnica?

R.- En la práctica existen dos roles, uno defiende y el otro ataca. Pero realmente no se ve al otro como un enemigo sino que el que ataca, utiliza una técnica marcial como un ataque, un agarre o un golpe pero las herramientas marciales son herramientas para trabajar nuestro interior. Cuando recibes ese ataque hay que intentar armonizar con él, cambiar con él, adaptarte con el ataque. En este proceso de adaptación, lo que consigues es que el otro se desequilibre, que acabe incluso inmovilizado en el suelo pero sin la necesidad de hacerle daño. Su planteamiento es no ver al otro como el enemigo sino ver al enemigo dentro e intentar vencerlo.

P.- ¿Qué se trabaja con esta práctica?

R.- Se trabaja mente, cuerpo y espíritu. El cuerpo se entrena para estar cada día más flexible, más relajado ante una situación extrema y el cuerpo intenta adaptarse a los cambios. La mente igual intentamos enfocar y parar la mente y lo que hacemos es crear una mente flexible para adaptarnos mejor a los cambios. El Aikido es una forma de armonizar y de integrar los conflictos.

P.- ¿Qué beneficios puede tener la práctica de este arte marcial para una persona?

R.-Controlar el miedo, la tensión, la agresividad, concentrar la mente en escuchar el ataque del otro. En el Aikido lo que buscamos es que se sepa enfocar la mente a un estado en el que no veamos al otro como el enemigo sino que sepamos escuchar su fuerza, sentir su intención… y eso lo estas transformando en algo creativo, en algo pacifico en algo que no duele, en algo que es incluso estético. Al estar entrenando tu mente todos los días hace que eso malo que te está pasando, lo acepte, de manera que podamos adaptarnos mejor al cambio, en ese momento te cambia el mundo.

P.- Si el Aikido es un arte en el que no existe la violencia, ¿puede ser aplicable como defensa personal en una agresión física?

R.- Sí, sin lugar a dudas. De hecho es un trabajo de defensa personal. Para mí y para el maestro Endo sensei, a quien sigo, el aikido lo que busca es la contemplación en la acción, busca que en ese proceso de defensa personal lo importante no es el resultado, lo importante es cómo está el cuerpo y la mente de las dos personas que se enfrentan. Consiste en acabar con la agresión sin dañar al agresor, con el que se pretende no usar la violencia, ni el exceso físico. La meta sería conseguir que el agresor acabará entendiendo lo equivocado de su acción.

P.- El maestro Morihei Ueshiba, fundador del Aikido, decía que cuerpo y mente deben estar encaminados como uno, unificados con la actividad del universo. ¿Qué quiere decir esta frase? ¿Qué significa para usted?

R.- Esa es la conciencia de la unidad. Cuando tu desarrollas una conciencia unificada en ese momento desaparecen los enemigos en el mundo porque todo esta unificado en el Universo. Ya no hay enemigos, lo único que existe son comportamientos equivocados por eso hay que corregirlos, pero la forma de corregirlos no es con la violencia. La idea del Aikido es convencer al otro de que su comportamiento está mal, es equivocado, eso es lo que significa esta frase.

Consiste en acabar con la agresión sin dañar al agresor, con lo que se pretende no usar la violencia

P.- ¿Qué ha supuesto para usted practicar Aikido en tu vida diaria? ¿Ha experimentado algún cambio?

R.- Es algo que te transforma desde dentro, tanto que llega un momento en que lo necesitas. Lo primero que te trae es serenidad. Lo más importante del Aikido es que te ayuda a encontrar equilibrio, te ayuda a ser consciente de tus emociones, de donde vienen esas emociones, y al producirse eso tu vida cambia y te vuelves mucho más sereno y flexible. Si consigues eso realmente la vida es distinta, todo cambia. A mí, sobretodo, me ha dado mucha serenidad y equilibrio.

P.-¿Cuál es el perfil de sus alumnos?

R.-No es un perfil uniforme. Tengo alumnos que se dedican al mundo de la seguridad como policías o militares, que en un principio buscaban la defensa personal pero que, hoy día, buscan estar equilibrados y emocionalmente serenos, que es la base de una buena defensa personal también. Luego, también hay personas que buscan mejorar su autoestima y otras que no saben lo que buscan pero cuando entran en el Aikido contactan con el problema que tienen y les ayuda a superarlo. Los problemas pueden ser miedos físicos y emocionales, o falta de control, y el Aikido es como una especie de bálsamo para las heridas. También hay mujeres maltratadas que vienen a recibir clase pero no porque yo les pueda a enseñar a defenderse mucho sino porque yo les puedo introducir en un entorno de mucho equilibrio y les puedo ayudar a combatir su miedo. Con mis alumnos formamos una gran familia. Cuando llega alguien a la escuela les digo siempre el Aikido va a cambiar tu vida

P.-¿Qué quieres conseguir con la práctica del Aikido?

R.-Yo quiero cambiar el mundo, yo busco que cambie, está claro que esto no funciona. Para ello hay cambiar la sociedad y cada persona tiene que cambiar por dentro. Entonces yo creo que si a cada persona que va a mi dojo los conecto con su interior, van a cambiar lo que le rodea. Hay que poner el reino del espíritu en la tierra como decía el fundador, Moriehi Ueshiba. Con la práctica del Aikido desarrollaremos una conciencia más cooperativa, creativa y unificada que generara paz y armonía.

P.- A su juicio, ¿qué es conseguir el éxito en la vida?

R.- Tener éxito en la vida, para mí, seria todo lo contrario a lo que nuestra sociedad considera éxito. Es volvernos conscientes de la misión que tenemos en la vida, entonces seremos felices y, para mí, ser feliz es conseguir el éxito. Cuando encuentras el sentido de tu vida en ese momento puedes enfocar tu camino en una dirección y cuando lo enfocas eres feliz pero por supuesto esa felicidad es algo que no se puede encontrar fuera, que, para mí, está dentro de cada persona. Yo soy muy feliz porque creo que cada vez soy más consciente de qué es lo que hago aquí y tengo claro que estoy aquí para aprender, por eso todo me sirve y puedo aceptarlo de una forma serena.

P.- En una de sus conferencias, dijo que controlando la mente podíamos conseguir lo que queramos...

R.- Es algo casi científico. Está demostrado que cuando una persona utiliza bien su mente y controla sus pensamientos y se hace un esfuerzo por generar pensamientos positivos, la mente los genera y generalmente el mundo cambia a tu alrededor. Eso pasa porque todo lo formamos con el poder de nuestra mente. Las cosas no cambian tanto si eres capaz de aceptar una mala noticia al igual que una buena, si es así, tu felicidad es permanente. En función de cómo tú controles esa reacción mental, tú puedes conseguir lo que quieras.

P.- Entonces ¿cree que a los políticos les vendría bien realizar esta práctica?

R.- Yo creo que en España y en el mundo, en general, tenemos un problema muy serio con los políticos. Están muy alejados del mundo del Aikido. Es una cuestión de poder y mientras la política se base en eso no van a cambiar los políticos. Si la política se basara en administrar los recursos que tenemos para ser felices y para que haya para todos entonces la situación sería distinta pero eso es imposible en los políticos de hoy día. Ellos lo único que hacen es ponerse en una situación superior, son los que dominan al pueblo, por eso vivimos en un mundo que para vivir nosotros pisoteamos al tercer mundo. Pero a un político no le conviene pensar en estas cosas. Si desarrollaran una mayor conciencia espiritual, todo cambiaría pero eso es imposible porque eso es anti-poder, han establecido el régimen egoísta. Realmente creo que vivimos en territorio enemigo y hay que luchar porque eso cambie, sino esto no tiene solución.


“Si conectamos con nuestra esencia espiritual y conseguimos transmitirla al exterior, el mundo cambia”

Entrevista a Luis F. Mochón, mi maestro de Aikido
Viernes, 25/11/11
Granada Digital

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