UN ÁRBOL CAIDO
NO SIEMPRE OBSTACULIZA EL CAMINO
NO SIEMPRE OBSTACULIZA EL CAMINO
En el discurrir de los días los árboles van cayendo, esos árboles que antes obstaculizaban el camino ahora pasan a ser la leña que aviva nuestros fuegos, esos fuegos que se originan en el más profundo rincón de nuestro ser, árboles que la vida nos puso en nuestro camino y que en ocasiones obstaculizaban nuestro avance, pero que a la vez utilizamos para protegernos de los rayos fulminantes del sol, esos rayos que si hubiésemos mirado directamente nos hubiesen cegado y no nos hubiesen dejado continuar nuestro camino.
Es por ello que debemos dar gracias a la vida por ofrecernos árboles donde guarecernos, árboles para utilizar como combustibles, árboles de los que extraer el fruto que nos alimentábamos, porque sin saberlo sin tenerlo, nos nutríamos del fruto de esos árboles maravillosos que mientras nos fueron útiles nos servimos de ellos. Pero debemos de tener en cuenta que aunque esto se produjese de este modo no quiere decir que le debamos nada a los mismos, estos no nos deben esclavizar, así como no debe de hacerlo el cuidado de los mismos.
La vida nos da aquellos que necesitamos para seguir avanzando, evolucionando, pero esto es un arma de doble filo, pues a veces aquello que necesitamos para hacernos más libres nos esclaviza, nos subyuga ante nuestros ojos, y es en ese momento cuando se convierte en un obstáculo en el camino.
No lo permitamos, no dejemos que las herramientas que nos da la vida para ser más libres se conviertan en una carga al no saber prescindir de ellas cuando ya no las necesitamos. Las emociones son parte de esas herramientas que en una etapa primitiva nos sirvieron para sobrevivir ante la adversidad del medio, ahora nos han ayudado a protegernos de los depredadores en los que nuestra sociedad y culturas nos han transformado, depredadores de energía ajena, depredadores que se alimentan del miedo, la inseguridad, la falta de autoestima de los demás. Pero es ahora cuando tenemos que tomar la determinación, es el momento de decidir si usamos las emociones en nuestro beneficio o son ellas las que nos utilizan a nosotros en el suyo.
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