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Maestros de artes marciales desde Star War

Estos maestros eran caracterizados como viejos ermitaños, que se solían mostrar huraños o locos ante la gente con la que se encontraban, pero que cuando se encontraban con el protagonista, acababan viendo su buen corazón y enseñándoles sus técnicas marciales secretas (Hay que tener en cuenta que el protagonista de estos relatos solía tener alguna venganza entre manos, para la cual esas técnicas marciales resultaban muy útiles), mostrando así tanto su gran inteligencia como su gran poder.

En general este esquema de relato popular ha sido muy usado en China, y todavía es la base para la mayoría de los guiones del cine y del cómic chino de artes marciales. Por otra parte, este estereotipo no nos puede ser más conocido, pues es la viva imagen de Yoda.

En Japón, como en China, este estereotipo también tiene mucha fuerza, como veremos. En el archipiélago, a las primeras técnicas marciales creadas por los SÔHEI se les unieron las técnicas que llegaron posteriormente de China durante el KAMAKURA JIDAI (1185-1333) y se fueron estructurando así las artes marciales japonesas (El BUDÔ y el JÛ-JUTSU) que se diseñaron primeramente para el uso de los SAMURAI. Así se formaron las primeras RYÛ, las escuelas japonesas de artes marciales, que nacieron auspiciadas por los DAIMYÔ, los señores feudales, para entrenar a sus guerreros SAMURAI, o también por los templos y santuarios religiosos (budistas y sintoístas) para que sus monjes pudieran defenderse de los enemigos (Aunque no eran "monjes guerreros" como los SHAOLIN o los SÔHEI, la mayoría de los religiosos nipones tenían cierta formación en artes marciales para poder enfrentarse con los peligros que había en un país tan inseguro como el Japón de esas épocas).

Cuando el Japón fue pacificado después de los esfuerzos de gente como NOBUNAGA (que ya conocemos como el destructor de los SÔHEI), se inició la EDO JIDAI (1600-1868) donde muchos SAMURAI se convirtieron en RÔNIN, al quedarse sin señor al que servir. Una de las ocupaciones de estos RÔNIN fue la de profesor de artes marciales, fundándose así muchas nuevas RYÛ por todo Japón. De hecho, la época EDO es muy popular por los enfrentamientos entre RYÛs (o entre MAESTROS, si estos no tenían escuela propia) para ver quién tenía mejor estilo de lucha. Esto último nos permite entender porque en el Japón de esas épocas, por los caminos se podían encontrar RÔNIN y monjes, cuyas habilidades marciales eran impresionantes.

Así es como en la imaginación supersticiosa del Japón rural se fueron formando incontables leyendas y relatos sobre extraordinarios seres con enormes poderes y gran maestría en las artes marciales. Los NINJA (espías y asesinos profesionales), por ejemplo, se aprovecharon de toda esa imaginación, y se rodearon del halo de misterio que todavía los envuelve en Oriente y Occidente. Por otro lado, ciertos monjes ermitaños que practicaban las artes marciales dieron origen a las leyendas de los TENGÛ, unos demonios que vivían en los grandes bosques y que se les suponía un total conocimiento de las artes marciales (y, por lo tanto, unos inmensos poderes). Estos TENGÛ serían los maestros de algunos personajes (míticos o históricos) en materia de artes marciales, según los relatos populares nipones. Yoda también podría pasar por un TENGÛ.

En general, tanto en China como en Japón se creó la imagen del gran maestro (humano o duende) de artes marciales, que se había desvinculado del mundo establecido,... 

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